Este año, al conmemorar el 80º aniversario de la liberación de Auschwitz, el mundo recordó el abismo de crueldad al que fuimos arrojados como pueblo. Líderes de distintas naciones se reunieron para rendir homenaje a las víctimas de la Shoah, pero en el evento faltaba algo esencial: la presencia del primer ministro de Israel. No porque nuestro país no quisiera estar allí, sino porque las absurdas acusaciones de la Corte Penal Internacional crearon un vacío que, aunque simbólico, duele profundamente.

Mientras los sobrevivientes alzaban la voz para recordarnos la importancia de la memoria y la unidad, en el presente seguimos enfrentando el mismo odio. No es historia lejana: el 7 de octubre de 2023 nos lo recordó de la forma más brutal. Vimos, en carne propia, lo que significa ser perseguidos solo por ser judíos. Y lo más desgarrador no fue solo la matanza, sino la indiferencia del mundo, la desinformación, la tergiversación, la complicidad de aquellos que prefieren mirar hacia otro lado o, peor aún, justificar lo injustificable.

Por eso, hoy más que nunca, recordar el Holocausto no es solo un deber, es un acto de supervivencia. Es un recordatorio de que no podemos darnos el lujo de olvidar, de bajar la guardia, de dejar que la narrativa del enemigo se imponga. Porque la Shoah nos enseñó lo que pasa cuando el mundo decide que la vida judía no vale nada.

Por eso, al conmemorar esta fecha, nos aferramos a la memoria como una advertencia. No solo recordamos, sino que reafirmamos nuestro compromiso con la verdad y la justicia. El recuerdo del Holocausto sigue siendo fundamental en un mundo donde el antisemitismo resurge con fuerza. Cada año, el 27 del mes hebreo de Nissan, fecha relacionada con la rebelión del Gueto de Varsovia, el pueblo judío se identifica con el sufrimiento de las víctimas de la Shoah y recuerda los actos de heroísmo y rebelión en esos oscuros días de la 2ª Guerra Mundial.

Hace ya algunos años las Naciones Unidas decidieron también conmemorar y honrar a las víctimas creando un Día Internacional en Recuerdo del Holocausto, el 27 de enero, día de la liberación del campamento de Auschwitz, campamento que representa el intento de exterminio total del pueblo judío. Esta decisión de la ONU demuestra que la importancia del Holocausto no disminuye con el tiempo y que parte del mundo busca aún la forma de evitar que un genocidio vuelva a ocurrir. Este año se cumplen 80 años del Holocausto y fue conmemorado en varios países del mundo. Lamentablemente somos testigos diariamente como asesinan a hombres, mujeres y niños en diferentes puntos del planeta. Parte de este mismo mundo hace también oídos sordos y cierra los ojos antes los crímenes cometidos por el Hamas el 7 de octubre de 2023. 

Hubo muchos casos de genocidios en el mundo moderno pero ninguno se compara con el Holocausto. No hubo ningún caso en que el genocidio fue realizado en forma tan programada, sistemática y masiva, con campos de exterminio organizados para eliminar la población judía del mundo con la cooperación de una población que se supone que era culta. Las matanzas en Ruanda, Cambodia , Yugoeslavia o tantos otros lados no fueron tan sistematizadas ni hubo transportes a campos de exterminio como en el Holocausto. En la mayoría de los casos las causas son rivalidades tribales o étnicas por territorios o riquezas naturales o luchas ideológicas o religiosas. En el caso de los judíos los motivos no tenían esos propósitos, estaban motivados por odio y racismo. Los judíos no significaban ningún peligro o amenaza para los alemanes, para su territorio, riquezas, ideología o religión. Odio a los judíos por ser judíos aunque sean laicos y estén integrados a la cultura alemana.

Pese al reconocimiento por parte de la Naciones Unidas existen varios países y grupos de personas que niegan la existencia del Holocausto. Para ellos todas las pruebas son falsas y los testigos son mentirosos. Ellos dicen ser mejores conocedores de la historia que los propios alemanes que reconocen y tienen documentada esa parte negra de su historia.

El antisemitismo, o mejor dicho antijudaísmo, sigue latente, y hoy día, luego del ataque terrorista del Hamas aún mas. Lamentablemente vemos actos antisemitas en varios lugares del planeta, incluso en las universidades. Nos acusan de genocidio y nazismo. Ni siquiera saben lo que es genocidio. Genocidio es lo que Hamas y otros grupos terroristas quieren hacer con el pueblo judío. Y lo que también los nazis quisieron. Tendrían que leer la carta orgánica del Hamas para ver con sus propios ojos que sus ideas no son menos extremistas que las de los propios nazis. 

Lamentablemente, mucha gente, especialmente jóvenes en el mundo occidental, no escucharon hablar del holocausto, y se adhieren a la propaganda antiisraelí y antisemita difundida por islamistas y falsos defensores de los derechos humanos.

Aquellos que hablan de defender los derechos humanos solamente para atacar a Israel y se callan cuando se trata de defender los derechos humanos en Israel son cómplices del antisemitismo.

Pero se escuchan felizmente hoy día muchas voces, incluso dentro del mundo árabe, defendiendo los derechos de Israel y los judíos. 

Es nuestro deber honrar y recordar a las víctimas del Holocausto. Es el deber del Estado de Israel y el de todos los países hacer lo posible para erradicar el racismo, el antisemitismo, la xenofobia y el genocidio de todos los rincones del mundo.

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