Todo es un asunto de cultura (tarbut) Aquí en Israel no existe el calendario gregoriano y todo se rige por
el calendario lunar. Pero el hecho de ser colombiana con raíces (shorashim), me hace celebrar (lejagog)
esta fecha tan importante en el calendario nacional.
Nunca me gustó la pólvora que era
indispensable en esta celebración, pero si las reuniones con amigos, los abrazos (jibukim) apretados, los
calzones amarillos esperando abundancia y suerte, dar la vuelta a la manzana con una maleta para tener muchos
viajes, atrangatarse con las 12 uvas, mientras hay una copa de vino esperando para el brindis de año
nuevo. En Colombia la pregunta del millón por esta época es: qué vas a hacer el 31? Son
costumbres culturales arraigadas en cada pueblo. También están los múltiples propósitos
y deseos, así como las promesas de empezar la dieta como casi todos la lunes (aquí domingos que es
el primer día). También la promesa de ir al gimnasio (jeder kosher), al menos pagar la primera
mensualidad para crear el compromiso. Uno de los deseos es aumentar los números de la cuenta bancaria y
disminuir los de la pesa.
Hoy estoy viviendo otra realidad y aquí el 31 de diciembre es un día
más y el 1 de enero igual. Pero este año decidí celebrar a la colombiana. Mi hermano y mi
cuñada hicieron una reunion en su casa haciendo honor a esta celebración tan criolla con amigos
latinos, que como nosotros tienen todavía raíces al otro lado del charco. No fue tan colombiana la
reunión, pero muy agradable. Además de que los asistentes llevan aquí varios años y
las conversaciones eran más en hebreo, tampoco hubo música bailable que caracteriza a las
celebraciones a la colombiana. Eso si, no faltó la clásica melodía de origen venezolano,
faltan 5 pa’las 12……el año se va a acabar 🎼, al momento en que el reloj de Jerusalem
daba las 12 de la medianoche.
Yo, que soy juiciosa y mujer trabajadora, avisé en el trabajo que no
iba, pues estar un 1 de enero trabajando me iba a deprimir. Mi esposo ( balí) también pudo tener
su día libre y fue así como pudimos disfrutar de un exquisito desayuno (arujat boker) en un día
festivo-para nosotros- cuando todos los israelíes que se rigen por el año lunar, estaban
trabajando.
La vida puede cambiar de un día para otro y es así como el 31 de diciembre marca
un ciclo, bueno o malo y el 1 de enero, tenemos la oportunidad de recomenzar. Hacer votos por un nuevo año,
nuevos propósitos y buenos deseos. Los judíos tenemos la ventaja de una doble oportunidad, pues
podemos renovarnos en Rosh Hashaná, que es el nuevo año judío y el 31 de diciembre que es
la terminación del año en el calendario gregoriano, que rige a la gran mayoría de países.
Por eso hoy les deseo un excelente 2025 FELIZ AÑO NUEVO!!!!
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