Mis lágrimas, aunque siguen llorando por la guerra, hoy tienen otro motivo para escurrirse. Porque, a pesar de la guerra siguen llegando olim jadashim valerosos, por llegar en este difícil momento y con un sueño en el corazón.
Tengo una amiga que dice que mi alyah ha sido sobre algodones, en el sentido suave de la palabra (milá). La verdad es que si ha sido una alyah relativamente fácil, pero ha habido momentos que podrían haber sido más fáciles, sin la barrera de la comunicación. El Idioma (safá) facilita o complica las cosas. Cuando no se entiende nada (clum) o muy poco, es más difícil de transitar por el laberinto burocrático de este país. Para un recién llegado es muy difícil ir al banco y entender todo lo que le dice el funcionario. Seria tanto más fácil con un traductor al español. Bendito Google que nos da una mano y nos ayuda a sentirnos un poco como en casa, aunque a veces se equivoca y nos hace quedar mal. También es difícil, uno recién llegado, ir a los ministerios que corresponde y entender toda la información que nos dan. Para ir a las oficinas (mizradim) del Bituaj Leumí, que es como el seguro social para pensión, hay que ir acompañado para medio entender las reglas
Es cierto que Israel es un país multicultural. Todos los letreros están en hebreo, árabe
y ruso. En todas las dependencias del gobierno se hablan estos idiomas. Dicen que en todo lado se había inglés, pero no es así. En el banco y en muchas de los ministerios a los que obligadamente tienen que ir los olim, no se habla inglés y el español no existe ni remotamente como idioma oficial, a pesar de haber una gran ola migratoria proveniente de Latinoamérica.
Debería haber personas que puedan traducir las inquietudes de los olim en los lugares donde tienen que ir obligadamente.
Esto haría mucho más sencilla la alyah, porque, especialmente al comienzo se necesita esa guía para ir al médico (rofé), a los ministerios, a sacar el pase, el pasaporte, a poner todos los papeles en regla, al banco que es algo tan delicado de entender porque no es lo mismo consignar 500 que 5000.
Muchas veces hacemos gesto de aprobación, sin comprender exactamente lo que nos dicen. El lenguaje gestual ayuda mucho, pero no es suficiente.
Se puede hasta preguntar con el hebreo que sabemos, pero las respuestas son otro interrogante.
Enfermarse es de por sí un problema y enfermarse en otro idioma es más complicado. Le puedes decir al médico donde te duele, lo difícil es entenderle qué hacer para que no te duela. El sistema de salud es bueno, pero puede uno morir en el intento, mientras le dan una cita. Y hay incongruencias, como por ejemplo, mi esposo médico, con una experiencia profesional de 35 años y lleva más de 1 año, esperando (mejaké)a que le avisen para poder hacer la práctica de seis meses en un hospital y que le aprueben su licencia para poder trabajar y tal vez ayudarle a muchos niños a resolver sus problemas respiratorios. Si falta personal médico, deberían acelerar el proceso de aceptación de los médicos que quieren trabajar.
Vienen tantos Olim de Latinoamérica que amerita tener traductores al español (sfaradit) personas en las dependencias que puedan hacer más fácil todas las diligencias.
Yo estaba buscando un contador en español para resolver un asunto con el Bituaj Leumí. Una amiga muy querida me dio el dato de un sitio de ayuda para el Olé y me dijo que no fuera a gastar dinero y aprovechara esa dependencia especial para olim donde hablan español y me pueden dar la mejor orientación. Pues resulta que no hablan español. Entonces cuál es la ayuda si seguimos en las mismas, tratando de descifrar mensajes en los idiomas oficiales aceptados en los distintos estamentos. Hasta me ofrecería a dictar un curso de español para que los funcionarios israelíes se puedan comunicar más fácilmente con los olim latinoamericanos y de paso brindarnos una ayuda más efectiva.
La alyah sobre algodones, tiene dos componentes importantes, que son actitud y sablanut (paciencia). Es importante ver todo verde (iarok) color esperanza; cuando hay tormenta visualizar que después viene un arco iris, ver el vaso medio lleno y no medio vacío y cargarse de sablanut para poder soportar que te digan, la próxima semana y a la siguiente semana, tener una sonrisa en los labios, cuando te vuelven a decir la otra semana y seguir sonriendo cuando haya pasado mucho tiempo de semana en semana. Que la burocracia nunca nos quite la sonrisa a los olim, pero por favor que aprendan español.

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